4 Junio, 2009Mientras el país se debate en el shock de la crisis, la epidemia, la militarización y la impunidad de siempre, los “partidos” de toda índole –negocios, changarros, franquicias, cárteles, vías de poder y corrupción– venden hasta el hartazgo como “salida” próxima el cada vez más patético y oneroso espectáculo de sus ofertas electorales.No pienso votar. No descalifico a todos quienes participen o vean esta vía, útil de alguna manera. Hasta es posible que se cuele alguna persona decente y hasta de izquierda en el Congreso. Pero me parece más inútil que nunca. A estas alturas, la salida a los graves problemas del país no pasa ni lejanamente por ahí.Podrán calificar esta actitud de todo; desde la “izquierda”, seguramente que esto hace el juego a la derecha. Pero, ¿importa realmente si será el PRI o el PAN el que encabece la mayoría de la derecha neoliberal en el Congreso? ¿Importa cuál de los cárteles tendrá más poder? ¿Optar por una inexistente opción de izquierda, que además declina en buena medida por su propio desprestigio? ¿Realmente hoy hace alguna diferencia votar por algunos –quizá con honrosas pero raras excepciones– que fueron de izquierda pero que ya no lo son o incluso que nunca lo fueron, y que hoy representan sólo sus intereses o los de algún grupo?¿Habrá que conformarse siempre con tener que votar por “lo menos pior” o con el “voto útil” quién sabe para quién? Aunque parezca cliché, hoy sólo importa la posibilidad de que el pueblo organizado construya su propia salida desde abajo, al margen o por encima, como se quiera, de los podridos aparatos políticos y sociales.Importa más que nunca la congruencia. Como dijo un viejo sabio mexicano –que no estoy autorizado a nombrar–, que se encuentren los congruentes, los que lo han sido y son, no sólo de izquierda de membrete, o de etiqueta ideológica y práctica corrupta. Sí, moral y ética por delante porque sólo así se puede rescatar algo, empezando por la izquierda.No faltará quien quiera llamarle a esto sectarismo o política poco “realista”. No importa. Nos vemos después del circo electoral. Nos vemos rumbo a una celebración popular independiente de los centenarios. Nos vemos cerrando capítulos y abriendo otros. Nos vemos el 7 de julio.Héctor de la Cueva
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